EN UN PRINCIPIO

En un principio la incertidumbre lo fue todo.

No había pies ni cabeza, derecho ni izquierdo, arriba o abajo.

El cuerpo y la substancia aún eran pensamiento nacido en cabeza ajena, como el brillo en el ojo, como el calor de un suspiro.

En un principio ni el principio se conocía a si mismo, por tanto decidió contarse una historia. Su historia.

Así el principio tuvo cuerpo y verbo, palabra y acción.

Para disfrutarse quiso conocerse como uno, conocer cómo y de qué estaba hecho, saber el dónde y el cuándo de cada una de sus partes; fue cuando se hizo de tiempo y de orden.

Se regodeo en su evolución, se inventó a si mismo y descubrió partes que ni siquiera hubo imaginado.

Cuando termino de descubrirse inventó a más personas para no sentirse tan sólo, entonces fue como se vio en la boca del niño y en la arruga del anciano, en el azul, el verde o el amarillo.

Durante su viaje por si mismo conoció a la flor y a la nube, supo del sabor de las oraciones y del olor de los pensamientos, que si se aderezan bien pueden ser un manjar o un suplicio. Supo del hacer y de la responsabilidad que viene con todo, de los aciertos, de la irresponsabilidad y de los errores, también del poder de corregirlos, cuando quiso lo hizo, cuando no, no.

Fue como puede ser un principio en el tiempo, vio como se convirtió en trama, como se desenvolvía y se deshilachaba, cómo se producía y reproducía y todo crecía de él como de cualquier cosa.

El principio fue bueno, la trama fue mejor, pero, después de un rato sabia que no existiría si no dejara de existir, así que para estar completo cerró sus ojos, dejo de pensar, de sentir, de oler, de saber, de ser.

Y todo lo que algún pensamiento fue, quedó flotando en el todo y sin nadie que lo tuviera presente desapareció y así se hizo la incertidumbre...

...hasta que apareció un principio.

4 Comments:

  1. Cher said...
    ¡WWWOOOOOWWWWW!
    Es terrible que sea yo quien diga esto pero la verdad, es de lo mejor que he leído. El concepto me encanta y la narrativa también. Me inspiró, me movió. Lo visualicé y me paralicé. ¡Qué cañón! Dios ha muerto.
    hugo said...
    vengo de curioso después de que mi lista borró tu dirección -así nomás, seguro por religiosa- y apenas ahora veo tu sitio renovado muy azulito y leo tu interesante versión lingüística de un comienzo. me gustó y te la robaré y punto. disfruta oaxaca.
    Jorge Pedro said...
    me gustó este post.
    Nena said...
    Muy buen post, me gustó, todo reflexivo. Escribes muy bien.
    p.d acude a mi blog..

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